Marina (cuento)




MARINA


Cuando recogió sus cosas se dió cuenta de la lágrima de sal vertida sobre la mesa. Se había cristalizado y reflejaba los matices rosados del atardecer que moría a través de la ventana. Luego calleron muchas más, cada una un dimante salino buscando su lugar en el mundo.
Él le había dicho que nunca la reconocía, que siempre hallaba una versión distinta de su ser. A veces era brava y ardiente, y otras, como de frío metal dormido. Cuando se despidió de ella, contempló temeroso las nubes grises que se arremolinaban en su mirada azul. Había quebrado para siempre las olas inmensas que le buscaban desde esa marea hechizante que subía y bajaba en sus ojos. Ella era la misma ondulación del placer, el mismo arrebato de la fuerza creadora, el quieto sigilo de la verdad escondida... Pero no sabía cómo abarcarla.

Marina no alcanzaba a comprender por qué las personas siempre venían a mirarse en sus ojos. Ella no podía verse a sí misma. Cuando lo hacía en un espejo, se mareaba.
Aquel hombre que tanto amó, descubrió allí su destino y tomó todo su brío para cumplirlo. Pero luego la abandonó. Marina le había estado siguiendo el paso, huidizo y amargo, hasta convertirse en el vago reflejo estancado de lo que él era. No entendía cúal era la finalidad de su propio ser. Todas las personas querían conocerse por medio de ella; verse reflejadas en sus ojos. Y ella sólo les devolvía lo mejor de sus almas. Como un espejo que sólo fuera sensible a la luz más pura, su ser se transformaba en lo más elevado del que se miraba. Sus compañeras de trabajo descubrieron que eran, una de plata maciza en su exquisita sensibilidad, otra de oro puro en su bondad, y la otra de cuarzo violeta en su inteligencia. El panadero que le ofrecía su pan, vio reflejados en sus ojos dos espigas maravillosas y supo que él era un hacedor de abundancia. Más adelante, su negocio se expandió por todo el país. Los niños veían las cometas de su futuro y sus propios corazones transformados en soles bienhechores.
Esos ojos maravillosos no juzgaban: eran como el cielo extenso que se respira neutro y limpio. Tenían la poesía del silencio que contiene todas las palabras. Y sin embargo, no era feliz.
¿Quién era ella? Se sentía fuera de lugar, rígida, pesada, extraña bajo unas ropas que no eran las suyas, bajo un tiempo ralentizado y espeso que la atenazaba. Amaba a todos, pero su amor estaba confinado en su ser pequeño y débil.  Y le dolía ese amor por todos sus rincones, porque no podía contenerlo, ni tampoco expandirlo hacia fuera con la intensidad necesaria. Se sentía atada a un sólo instante, que luego derivaba en otro y en otro... No podía abrirse en la flor de todos los instantes que palpitaba en su frente.

Tras contemplar aquellas lágrimas sobre la mesa, cada vez de un rojo más ardiente, sintió el impulso irresistible de regalar todas sus pertenencias. Lo dio todo hasta quedarse desnuda.
Y caminó hacia la playa. Se tendió en la arena y dejó que el sol y el viento le hablaran. Cerró los ojos, y por primera vez en su vida supo quién era, y comprendió por qué sus lágrimas cristalizaban en sales maravillosas al caer. El mar se le acercó y abrazó a su hija, hasta inundarla. Suavemente, dejó que ese lento reconocimiento la embriagara con su maternidad pura y generosa. Sus cabellos crecieron como largas algas tornasoladas; su piel se hizo tan porosa como una esponja, y de sus labios brotó la canción oculta del coral. Sintió el baile de millones de peces atravesando su cuerpo, y el salto de los delfines surcando sonrisas en sus manos.

Imbuida de mar, comenzó a expulsar todo el amor que había estado conteniendo en su pequeño cuerpo humano. Y cada latido de su amor era una onda que terminaba en un beso de espuma sobre las playas del mundo. Y en esa espuma esparcida, todo el que se miraba podía encontrar el mágico sentido de su vida.


17 comentarios:

  1. Me has hechizado con tu relato. Fantástico porque escapa de la realidad pero te acerca a lo extraordinario, te libera de las pequeñeces, y pareciendo desarrollarse en este mundo, no es así porque nos trasciende. Una nueva diosa ha llegado al mar. En el mar, se dice, como tú sabes, comenzó toda la vida que existe sobre la tierra. Es magnífico.

    Me alegra que hayas vuelto a incorporarte con esa página bellísima que has realizado para tu espacio y para el cuento. Que estés de nuevo entre nosotros. Te echaba de menos y es curioso, antes de abrir el correo, me acordé de tí. ¿Coincidencia?

    Gracias por tus palabras en mis blogs. Siempre eres generosa conmigo. Ya sabes que yo te admiro sinceramente y claro, cualquier cosa que tú me digas, es importante. Un abrazo de bienvenida y me has dado un alegrón y como a mi le va a pasar al resto de tus contactos. Lo creo así. Franziska

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  2. Maite, cuánto me alegra sentirte de nuevo por aquí!
    Un cuento delicioso, pura vida.
    Con él, he revivido el viaje a Costa Rica por las límpidas aguas del Pacífico y los delfines a mi vera surcando el mar. Indescriptible.
    Como hoy, me sentí mar. Gracias por estos instantes.
    Un beso.

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  3. ¡Hola Volarela!!!

    Que relato tan mágico tan marino... Nos dejas mi reina: Y más me gusta porque la protagonista lleva mi nombre, y me sentí por un instante... Casi identificada. Luego a medida que fui leyendo, lo fui entendiendo de otra manera. Aquí lo dejo. Se me cierran las persianas. Hasta mañana si Dios quiere.
    Un beso.

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  4. Maravilloso relato! Tiene magia en cada una de sus palabras, una trama que atrapa y embriaga, como los ojos de Marina que destellan en tus letras.
    Siempre que vengo a visitarte me voy con el alma plena.
    Me encantó venir a visitarte y encontrarme con este trabajo tan bello y tan sentido.
    Besitos!

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  5. Maite ! qué placer reencontrarte !
    Le has dado vida a un relato fantástico, increíblemente bello. Un texto de excelencia.
    Ese piano delicado y sutil acompaña esa fantasía de espumas y de olas, de encajes , de suavidades y dulzuras.
    Creo que esa Marina, ese ser que no encontraba un lugar que le perteneciera .en muchas ocasiones se te parece. Porque eres una artista, una creadora y tu alma siempre anda volando en busca de las diversas formas de belleza.
    Es un gozo leerte , participar de tu mundo de ensueños y divinuras., de mágicas presencias.
    "¿quién era ella "?
    "se sentía atada a todos los instantes"
    ¿"Cómo recoger tanta belleza desbordada"?

    Te admiro profundamente
    mi corazón está contigo.

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  6. ...¿Quién era ella? Se sentía fuera de lugar, rígida, pesada, extraña bajo unas ropas que no eran las suyas, bajo un tiempo ralentizado y espeso que la atenazaba...

    Y aqui vuela mi imaginación...

    Tal vez un alma sabia y antigua en un cuerpo pequeño, pero destellante y rebosante de amor, tal vez de otra dimensión, quizás a dejar un mensaje profético y necesario para la evolución.
    El más puro de los mensajes el AMOR.

    ...... No podía abrirse en la flor de todos los instantes que palpitaba en su frente.

    El ojo que todo lo ve.

    Bellísima narración llena de simbolismo y encanto, gracias por éstas perlas querida Volarela.

    Te dejo mi abrazo y siempre gracias por compartir con nosotros tanta ternura!

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  7. Hola de nuevo por aquí, maestra de las bonitas y reflexivas letras. Mi querida Volarela, me siento un tanto molida por el calor; mas he de seguir lo comenzado ayer.
    Es un cuento precioso una lección importante, si es como yo la entiendo? Y la entiendo como una lección de vida. A veces se nos cristaliza una lágrima que queda ahí pegada al alma.
    También suele pasar eso de no conocernos lo suficiente y vivimos sin saber expresar o expandir, realmente con intensidad lo que sentimos... Como tú bien dices. siempre lo dejamos para otro momento, y esto puede resultar demasiado tarde... Es el alma! La flor que no se abre aunque palpite.

    ¡Es tan saludable expresar compartir todo lo bueno que llevamos encima!... Y embriagarnos de esas mareas de la maternidad de la vida sana y pulcra; porque así es la vida, una marea, que unas veces sube y otras baja. Es básico conocernos en profundidad y para eso hemos de desnudar el alma, y con los parpados cerrados, sentir cercano el horizonte que a cada uno pertenece, y percibir ese beso en la ola espumosa del amor.
    ¡Me ha encantado! Es un cuento o relato prosista que has bordado de magia y encanto. Gracias Volarela. Sé tu nombre pero me gusta mucho este. y sigo diciéndote gracias por compartir algo y tan bello: y por tu huella en mi puerto marinero.

    Te dejo un abrazo grandote y toda mi estima.
    Se muy muy feliz.






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  8. Querida Volarela, con todas tus publicaciones disfruto inmensamente.
    Tu relato es sublime y la música que lo acompaña, maravillosa.

    Mil gracias por tanto deleite
    Un abrazo bien fuerte

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  9. Querida amiga: Hago un hueco para agradecer tus letras, no sabes bien la alegría que me he llevado con tu vuelta.
    Regresas con energías renovadas y nos dejas un largo cuento, en este momento, no puedo leerlo, me están esperando, pero prometo volver.
    El domingo nos reuniremos toda la familia, celebraremos dos cumpleaños y tengo que salir a comprar regalos.
    Ya me he dado cuenta que te has pasado por mis últimas publicaciones y con más razón debo darte las gracias.
    De momento, te dejo un fuerte abrazo con mis cariños.
    kasioles

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  10. Gracias. amigas, por vuestra huella aquí, especialmente por esa lectura atenta y vuestras palabras de ánimo.
    Un fuerte abrazo con mucha luz, mar y flores.

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  11. Hola Volarela.
    Parece ser que no se actualiza el Blog.
    El Titulo en los enlaces es: "Que me recuerden sonriendo" y cuando entro está tu post anterior, Marina.
    Abrazos.

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  12. Gracias, Adriana.
    Ayer estuve "trasteando" en el blog y se publicó esa entrada sin querer. Es una entrada antigua y repetida, por eso la he retirado.
    Mil gracias por tu aviso.
    Un abrazo bien grande :(

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  13. Tu desbordante imaginación nos deja un texto mágico que nos tiene curiosamente pegados al desenlace final-
    En cantidad de ocasiones, se nos pone un nudo en la garganta y somos incapaces de expresar nuestros sentimientos.
    Yo he pasado por esa situación más de una vez, cuando lo tenía cerca, cuando me venía a ver, cuando estábamos juntos... eran mis ojos los que hablaban más que mi corazón ¡menos mal que él ha llegado a entender ese lenguaje!
    De ahora en adelante, cuando contemple el mar y las olas acaricien la arena, me acordaré de tu relato y será como que una brisa de amor viene de lejos y me trae el recuerdo de esta poeta amiga bloguera.
    Te dejo mis cariños en un fuerte abrazo.
    kasioles

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  14. Maravilloso relato. Canta magia percibo a traves de tus escritos
    Un beso

    Isa

    http://cabalgandopormimundo.blogspot.fr/

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  15. ¡¡Una belleza!!

    Volarela que vuelo poético en tu prosa, cada palabra es poesía. Felicitaciones por escribir tan bien.

    mariarosa

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  16. Una belleza de relato lleno de emociones encontradas y un lirismo que estremece... Ella era ella misma y encontró su lugar cuando se tumbó en la arena y su cuerpo fue poco a poco mimetizándose con el mar...

    Desconocía tu blog, Volarela, pero me ha encantado y con tu permiso me quedo en él, leyendo sentimientos al desnudo.

    Un abrazo con alas de felicidad.
    Ángeles.

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  17. Hola amiga, no sabía que habías vuelto a si es que ¡¡¡ BIENVENIDA!!! Has llegado con el verano y eso es buena señal, y espero que tu tiempo de ausencia no haya sido por nada malo, solamente descanso. Me alegro de verte, y has empezado fuerte, con una entrada preciosa. Un beso.

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Gracias por tu sincera opinión